María Josefa Wonenburger, la gallega que amaba las matemáticas

CUENTO: OLALLA CERNUDA | ILUSTRACIÓN: LAURA SÁNCHEZ-OSTIZ

A María eso de las cosas poco comunes le iba mucho, como practicar el hockey sobre patines y el baloncesto o hablar inglés y alemán, por ejemplo, aunque la cosa más insólita que a María le gustaba por encima de todas las demás era ¡estudiar Mates!

A ninguna otra niña de Oleiros, su pueblo de A Coruña, le gustaban demasiado las matemáticas, pero eso a María nunca le importó: a ella le fascinaban las sumas, las restas, las ecuaciones y todos los demás cálculos que pudiera hacer.

En aquella época, las demás niñas pensaban más en buscar un marido y formar una familia cuando fueran mayores que en estudiar en la universidad. A nadie se le hubiera ocurrido dedicarse a la Ciencia. Pero María tenía claro desde bien pequeñita que esa asignatura del colegio que a ella le encantaba, las Mates, iba a ser su modo de vida.

Así que, cuando acabó el Bachillerato en su pueblo, María se fue a Madrid para estudiar Matemáticas en la universidad. Y pasó de estar en casa con sus padres y su hermana a vivir sola en la Residencia de Señoritas, un lugar donde podían quedarse las pocas chicas que, por entonces, en los años cuarenta, querían estudiar en la universidad y tenían que irse lejos de su casa.

Y allí pasó cinco años concentrada en las Mates. Tan concentrada, que en clase nunca tomaba apuntes, lo importante era no perderse ni un detalle de lo que el profesor explicaba. Porque nadie dijo que sería fácil comprender pizarras y pizarras llenas de ecuaciones y larguísimas fórmulas. Pero para ella, todo tenía sentido en su cabeza.

 

María era brillante y muy estudiosa, por eso, al acabar la carrera hizo un doctorado y sus profesores, que veían que seguía entusiasmada con las matemáticas, le recomendaron que siguiera estudiando lejos de España.

 

María metió en una maleta todos sus cuadernos de fórmulas y ecuaciones y tomó un barco rumbo a Nueva York, a la Universidad de Siracusa. Lo logró gracias a una beca que conceden a las personas más listas y estudiosas, la beca Fullbright. Fue además la primera mujer española en conseguir una.

 

De ahí pasó a otra universidad norteamericana muy prestigiosa, la Universidad de Yale. María era feliz. Podía dedicarse de lleno a lo que más le gustaba del mundo: jugar con los números y pensar. Así que, después de doctorarse ¡por segunda vez! se fue hasta Canadá, esta vez no para estudiar, sino para enseñar Matemáticas en la Universidad de Toronto. También en esta ocasión fue la primera mujer en conseguirlo. Allí dirigió la tesis doctoral de muchos alumnos, algunos de ellos lograron ser grandes matemáticos gracias a María, que les trasmitió todo lo que sabía y su gran pasión por las Mates.

 

Otros siete años pasó María en Canadá y quince más en Estados Unidos, dando clases, aprendiendo más y más cosas de álgebra, que se convirtió en su especialidad, y compartiendo conocimientos con otros grandes matemáticos ¡Estaba logrando ser una de las mejores matemáticas del mundo!

Pero entonces, algo pasó que cambió el rumbo de su vida: su madre, ya muy mayor, se puso muy enferma y María decidió dejarlo todo y volver a España para cuidarla. Cuando llegó a aquí, quiso seguir dando clases en la universidad, pero se encontró con que todos sus títulos y méritos, muy reconocidos al otro lado del Océano Atlántico, en su país no valían nada. Ninguno de sus dos doctorados estaba reconocido, así que, si quería dar clases, tenía que aprobar una oposición. Casi como volver a empezar.

María decidió entonces retirarse del mundo académico y científico y quedarse en Oleiros, donde vivió el resto de su vida muy feliz junto a su familia.

Pero en realidad, aunque ella no lo sabía, la gente de su pueblo, de las universidades donde estudió y trabajó y de la Real Sociedad Española de Matemáticas, de la que fue miembro, no la habían olvidado, y empezaron a contarles a todos la historia de María, la gallega que amó las matemáticas y que convirtió el álgebra en su forma de vida.

Hoy, los alumnos de María ganan importantes premios matemáticos y siguen empeñados en todo el mundo conozca a la gran matemática María Josefa Wonemburger.

Y así fue como María Josefa Wonemburger se convirtió en una de las matemáticas más brillantes de su tiempo y en un referente mundial en álgebra, la disciplina a la que dedicó su trabajo durante más de veinte años. Como investigadora y profesora universitaria, desarrolló e inspiró varias de las teorías más importantes en este campo de las matemáticas.

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María Josefa Wonenburger

María Josefa Wonenburger Planells, nacida en Oleiros, A Coruña, en 1927, fue una matemática española que desarrolló sus trabajos de investigadora en álgebra en Estados Unidos y en Canadá. Fue la primera mujer española en recibir una Beca Fulbright.