Maruja Mallo, la pintora surrealista que lanzó al aire su sombrero

CUENTO: RUTH PRADA | ILUSTRACIÓN: TUTTI CONFETTI

Había una vez una niña que llevaba a todas partes un cuaderno y un lápiz para poder dibujar cada cosa que veía. Esta niña se llamaba Maruja y además de amar la pintura y ver el mundo de una forma muy original, le gustaba disfrazarse, andar en bici y hacer todas las cosas que en aquellos tiempos no podían hacer las niñas.

Los padres de Maruja y la enorme familia formada por catorce hermanas y hermanos se fueron a vivir a Madrid, algo que a Maruja le hizo mucha ilusión porque así podría estudiar en la mejor escuela de Bellas Artes del país. Maruja se presentó a las pruebas de acceso y consiguió algo excepcional: fue la única chica que aprobó el examen.

En esa escuela conoció a un joven tímido y extravagante que se convirtió en su gran amigo, Salvador Dalí.

—Maruja, tú eres mitad ángel, mitad marisco — le decía su amigo surrealista.

Dalí le presentó a su grupo de amigos de la Residencia de Estudiantes, que con el tiempo llegaron a ser los mejores poetas, escritores, pintores, directores de cine y filósofos del país. Maruja encajó en ese grupo como el pájaro que encuentra su bandada. A esos chicos y chicas con tanto talento se los conoció como la Generación del 27.

Maruja era tan imaginativa que siempre se le ocurría alguna idea extravagante y divertida: hacía que la llamaran “Marúnica” y en una ocasión que visitó un monasterio y le dijeron que allí las faldas no podían entrar, se metió por las piernas las mangas de una chaqueta para hacer ver que llevaba pantalones. Pero la más extravagante de las ocurrencias la tuvieron Maruja y sus amigos cuando decidieron destaparse la cabeza por la calle. En aquellos tiempos estaba muy mal visto andar sin sombrero, en especial las chicas.

—¡Vamos a quitarnos los sombreros para liberar las ideas! —dijo Maruja muy resuelta mientras la gente les lanzaba miradas furibundas.

Aquel gesto fue un escándalo y de ahí viene el nombre de “Las Sinsombrero” por el que se las conoce a ella y a su grupo de amigas, todas ellas rompedoras y modernas.

Maruja pintó mucho durante aquellos años. En sus cuadros hay verbenas con tiovivos, estrellas de mar y medusas, constelaciones con naves espaciales, dedos de los que salen espigas de trigo, rascacielos y flores geométricas. Viajó por todo el mundo y se hizo amiga de los grandes artistas de su tiempo, que admiraban el talento de esta pintora tan original y transgresora.

Y así fue como Maruja se convirtió en una de las grandes pintoras surrealistas y dio nombre al grupo de chicas artistas ‘Las Sinsombrero’.

"Todos los días de mi vida han tenido un pedazo de felicidad"
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La protagonista

Maruja Mallo

Pintora surrealista, miembro de la Generación del 27, dio nombre al grupo de mujeres artistas Las Sinsombrero.
Nació en Viveiro, Galicia, en 1902