María Pacheco, la niña que sabía montar a caballo

CUENTO: LUCÍA HIDALGO GALLEGO | ILUSTRACIÓN: JORGE ESTEBAN

Sí, sí, estamos de suerte, ¡vamos a conocer a alguien!, mirad aquel palacio de ahí, es el palacio de Yusuf III en Granada.  Si nos asomamos por esa ventana podemos ver un gran pasillo. Ahora está vacío, pero hace muchos, muchos años estaba lleno de niños. Por ahí corrían María y sus hermanos. ¡Si cerramos los ojos seguro que podemos verlo!

¡Mirad, aquella es María! Tiene el pelo negro, muchos rizos y está jugando con una pelota.  Parece un poco enfadada ¿Qué le pasará? Seguro que la han obligado a ponerse un vestido rosa que ella no quería usar.

—Mi señora: las niñas no llevan pantalones —le explica con dulzura su doncella a María.

María parece sonreírle, pero pronto se vuelve a enfadar.

—No entiendo por qué no —responde.

En este siglo todas las niñas llevan vestidos y solo pueden hacer cosas como coser, cocinar o cuidar a bebés. A María esto le parece un rollo y por eso está enfadada, ella quiere leer libros, montar a caballo, jugar a la pelota y enterarse por fin de qué pasa con ese tal Hermoso que tiene una mujer un poco loca. Todo el mundo habla de ello, pero ella no entiende nada.

Pues así, entre libros, pelotas y enfados, María se hizo mayor y una noche su padre le presentó a Juan, el caballero con el que iba a casarse.

—No me agrada la elección, padre. No lo desposaré —replicó María.

María no tuvo más remedio que casarse e irse a vivir con su esposo a Castilla. Al cabo de los años, esta mala noticia se convirtió en buena, pues Juan resultó ser bueno y cariñoso. Además, tenían mucho en común: los dos estaban un poco hartos de que en su reino hubiera un rey muy mandón y que siempre les tocase a ellos hacer lo que nadie quería.

Por eso María, Juan y sus amigos decidieron que aquello no podía seguir así y emprendieron una gran marcha montados en caballos para hablar con aquel rey tan mandón. Hicieron un gran grupo y se llamaron los Comuneros.

—¡El reino antes que el rey! —decían todos a una.

Fue una marcha muy dura. De hecho, Juan se quedó en el camino y todos tuvieron que seguir sin él. Entonces, María se convirtió en ¡la líder de los Comuneros! Consiguió resistir y mantener a los Comuneros unidos.

Aunque al final no pudieron cumplir su objetivo y el rey y sus amigos mandones no les hicieron caso, gracias a mujeres como María hoy las niñas ya no solo hacemos cosas aburridas, sino lo que nos gusta: llevamos pantalones, estudiamos, montamos a caballo, jugamos al fútbol ¡y un montón de cosas más!

Y así fue como María Pacheco se convirtió en un ejemplo de mujer rebelde y valiente que enseñó a las niñas que también ellas pueden ser líderes.

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La protagonista

María Pacheco

Fue una noble castellana que se puso al frente de la sublevación de las Comunidades de Castilla.