Oliva Sabuco, filósofa

CUENTO: ANGÉLICA RUIZ | ILUSTRACIÓN: LUZ ESTEVAN

—Sofía. Tienes deberes.

El padre de Sofía miraba atento la pantalla de su teléfono móvil donde la aplicación del cole mostraba una alerta:

«Sofía ha de encontrar el nombre de la persona que en el Renacimiento y con tan solo veinte años escribió un importante libro de filosofía y cuyo apellido, en algunos lugares, también se dicematapulgas’».

—Papá, ¿Cómo va a llamarse nadie «matapulgas»?

—No lo sé, hija, no me suena, pero es tu tarea resolver este enigma.

Sofía buscó «matapulgas» en Google y no aparecía nada ni nadie relacionado con la filosofía. ¡Y ella que pensaba que en Google estaba todo!

¡Vaya pistas más malas! Con aquello no podía localizar nada.

—Papá, pídele al profe si me puede enviar alguna pista más.

Su padre abrió la aplicación y escribió:

«¿Me puede dar una pista más sobre el filósofo?».

Al momento un sonido de campanilla indicó que llegaba aquella ayuda digital:

«Su nombre es el seudónimo de uno de los protagonistas de la película La habitación de Fermat. Parte de la solución también estará en la botánica».

Se lanzó como loca de nuevo a Google y se encontró enseguida que los personajes de la peli usaban nombres un poco raros: Fermat, Hilbert, Pascal, Galoise y Sabuco.

Comprobó los primeros: eran matemáticos famosos. Fue leyendo sus biografías de la Wikipedia y descubrió que Galoise era un joven que había muerto fusilado a los veinte años. Podía ser este chico francés.

Pero no, ni Galoise era del Renacimiento ni quería decir «matapulgas» en francés, y, además, había sido un gran matemático, pero no filósofo. Los demás protagonistas estaban descartados por mayores.

—A ver si el último…

De nuevo la búsqueda en Google: Sabuco, era… Oliva, una joven filosofa española del Renacimiento que había escrito un libro conocido en toda Europa. ¡Aquello prometía! Pero Sabuco era un apellido que en nada se parecía a «matapulgas».

Su profe le había dicho que «pensara en la botánica». El nombre era Oliva y eso era un fruto, pero por si acaso buscó «Sabuco y plantas» y descubrió que sabuco era uno de los nombres de un arbusto: el sauco. Y, claro, una planta tiene muchos nombres y buscando y rebuscando se encontró que en algunos sitios al sauco lo llaman «matapulgas».

La importante filósofa del Renacimiento había sido una chica de tan solo veinte años: Olivia Sabuco. Pero ¿una mujer joven y filósofa en aquella época? Allí parecía empezar otro misterio que Sofía no iba a dejar pasar.

Volvió a escribir en su ordenador «Olivia Sabuco» y pulsó el botón de buscar.

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Oliva Sabuco

Conocida como Oliva Sabuco de Barrera, nació en Alcaraz (Albacete), en 1562, y murió en 1620. Fue una adelantada a su tiempo. Famosa por su “Nueva Filosofía de la Naturaleza del Hombre”, una revolucionaria obra de carácter científico de valor excepcional de gran éxito en su época y prohibida por la Inquisición. Entre otros aspectos, adelantaba las descripciones médicas de la depresión