Inma Shara y la batuta mágica

CUENTO: LARA LÓPEZ | ILUSTRACIÓN: IRENE RENEDO

Martina mira muy atenta la pantalla de su ordenador. La mira tan de cerca, que su madre empieza a preocuparse.

—Martina, no te acerques tanto a la pantalla —le dice. Y, como no le hace ningún caso, al cabo de cinco minutos insiste.

—Martinaaaa, que no te acerques tanto a la pantalla…

Y como Martina no parece ni escuchar, se acerca por detrás, sigilosamente, a ver qué mira con tanto interés.

—¿Qué miras? —le pregunta a su hija.

Martina sale de su mutismo sorprendida, como si no la hubiera oído hasta ese momento.

—Mamá —le dice— quiero ser directora de orquesta. Quiero llevar la varita y hacer música.

¿Directora de orquesta?, piensa la madre de Martina haciendo un rápido repaso mental a todas las profesiones en las que su hija ha mostrado interés en el último año: periodista, botánica, pastelera, abogada, científica. Y la que más tiempo le duró, cuando quiso ser bombera, algo que decidió el día en que rescataron al gato de Javi, el vecino de la casa de al lado, que no sabía cómo bajarse del cedro azul.

—¿Directora de orquesta? —pregunta, casi escudriñando la pantalla.

—Mira mamá, esta es Inma Shara. Yo quiero dirigir una orquesta como ella.

La madre de Martina mira junto a su hija las fotografías de una mujer rubia, muy elegante y muy sonriente.

—Parece una princesa de cuento —murmura casi para sí misma.

—No, mamá, es mucho mejor. Es directora de orquesta —dice mientras le enseña una fotografía de Inma recogiendo un ramo de flores entre sonrientes violinistas y otra en la que se la ve, batuta en mano, con los ojos cerrados, como si la música le llegara en forma de chirimiri refrescante.

Martina no para de mostrarle fotografías del blog que parece saberse de memoria.

—Y también compone, mamá, y ha estado en África y ha grabado un disco con cuentos que le podíamos regalar a Olmo. Seguro que le gusta. Mira, se titula La Isla de los sonidos. Salen dos hermanos, como nosotros, que juegan en el taller de instrumentos musicales de su abuelo René.

Martina parece entusiasmada. Su madre la escucha mientras lee «La española Inma Shara dirige obras clásicas de Brahms, Wagner, Rossini, Khachaturian, Tchaikovsky o Bizet, entre otros».

—A tu padre también le podríamos regalar el disco —le dice, y se echan las dos a reír. Al padre de Martina solo le gusta Rosendo.

—Mira, mamá, aquí dice todas las orquestas que ha dirigido, me flipa, es guay. Yo quiero ser como ella.

Y tiene razón. Es guay. La London Philharmonic Orchestra, la Filarmónica de Israel, la Sinfónica Nacional Checa, la Sinfónica Nacional Rusa…. Y sigue leyendo: Roma, Milán, Taiwán…

—No debe de pasar mucho tiempo en casa—vuelve a murmurar casi para sí.

—No te preocupes, mamá. Yo pediría a mi mánager que vinierais todos conmigo. Y lo pondría en el contrato. ¡Sería guay!

¿Mánager? ¿Contrato? La madre de Martina mira a su hija como si no la conociera.

—Pero ¿quién te ha contado todo eso?

El abu, mamá, el abu, que está leyendo un libro muy chulo que habla de una varita mágica con la que Inma encanta a todas las butacas del patio.

Desde el salón llegan las carcajadas del abuelo de Martina.

—El patio de butacas, Martina, el patio de butacas, donde se sienta el público. Y no es una varita, es una batuta—dice muerto de risa, entrando en el cuarto de Martina.

—No, abu, argumenta Martina— Es una varita porque hace magia.

Y su abuelo no tiene más remedio que darle la razón.

—Ochenta músicos tocando al compás de una batuta es verdaderamente mágico—le dice a la madre de Martina.

Y se quedan los tres riendo mientras buscan en Youtube la Sinfonía de los juguetes para ver cómo Inma Shara, una de las pocas mujeres que dirigen una orquesta sinfónica en nuestro país y en el mundo, hace magia con su varita musical.

Y así es como Inmaculada Saratxaga, Inma Shara, con mucha pasión por la música, esfuerzo y disciplina, se ha convertido en una de las mejores directoras de orquesta del mundo.

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INMA SHARA

Inmaculada Concepción Lucía Saratxaga nació en Amurrio, Álava. Todo el mundo la conoce como Inma Shara, su nombre artístico como directora de orquesta. Estudió en el Conservatorio de música de Bilbao y en el de Vitoria, ha dirigido las orquestas sinfónicas españolas más importantes y ha colaborado con algunas de las mejores orquestas del mundo.