Irene Villa, saber que se puede

CUENTO: IRENE VILLA | ILUSTRACIÓN: PATRICIA BATALLER

Irene era una niña muy sonriente que iba saltando y corriendo a todas partes.

Aquella mañana se despertó de un brinco: iba a cumplir un sueño de jugar como pívot –tenía unas piernas muuuy largas– en un partido de baloncesto decisivo para la liga de su colegio.

Mientras desayunaba y pensaba en el partido, escuchó en la radio que había estallado una bomba en Madrid. Su madre trabajaba en una comisaría de Policía y, por aquella época, las comisarías podían ser objetivo de un grupo de desalmados que querían sembrar el terror y contagiar su odio a todos, aunque no les hubiesen hecho nada. Justo antes de subir al coche, Irene tuvo un presentimiento:

—¡Mamá! Nadie quiere hacernos daño, ¿verdad?
—Claro que no, hija. Sube al coche que vamos a llegar tarde y hoy es tu gran día.

En el primer semáforo, el coche saltó por los aires.

Irene se despertó en un hospital llena de tubos y máquinas que no paraban de emitir molestos pitidos, y lo primero que vio fue la cara de su padre. Pero no era la cara de siempre. Era otra llena de pánico y dolor.
—¿Qué ha pasado?, ¿dónde está mamá?
—Está bien, se la han llevado a otro hospital.

A Irene le costó muchísimo comprender que hubiera gente que quisiera hacer daño a personas a las que ni siquiera conocían. Y más aún, que tuviera que vivir el resto de su vida sin sus piernas. Tenía doce años y el tiempo se paró para ella.

Pero al final, gracias a su madre, que también logró sobrevivir al atentado, aunque perdió un brazo y una pierna, Irene descubrió que seguir adelante y luchar por recuperar sus vidas era la única opción.

Así que estudió tres carreras y tuvo tres hijos. También aprendió a esquiar y, aunque las caídas fueron duras, llegó a competir en esquí adaptado y a ganar medallas en España y Francia.

Y así fue como Irene Villa comprendió que nadie puede hacerte daño, si tú no quieres, que para dejar de sufrir por lo que nadie puede cambiar es mejor perdonar, y que la vida es un auténtico regalo tan fugaz que no merece la pena enfadarse ni estar triste. Con su ejemplo de lucha y superación, Irene nos ha enseñado a todos que hay que saber que se puede y contagiar amor, esperanza y optimismo.  

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Irene Villa

Nacida en Madrid el 21 de noviembre de 1978, Irene Villa es periodista, escritora, psicóloga y esquiadora paralímpica. A los 12 años sufrió un grave atentado de la banda terrorista ETA en el que perdió las dos piernas y tres dedos de la mano izquierda. Su madre, que la llevaba al colegio, perdió una pierna y un brazo.