Laia Sanz, la Reina del Desierto

CUENTO: ILUSTRACIÓN | MALU BARNUEVO

Laia no tenía miedo de caerse, porque sabía que, si se caía, se podía levantar. Así que con cuatro años cogió a escondidas la moto de su hermano y se puso a dar botes por el campo. No se cayó, pero sus padres se llevaron un susto de muerte.

—Mamá, es que me gusta mucho.

—Pues, Laia —le dijo su madre—, si te gusta montar en moto, montarás.

Y Laia siguió subida en la moto, hasta que con siete años su madre la apuntó a una carrera en su pueblo. La carrera era solo de chicos.

—Las chicas no montan en moto —le dijeron.

—Me da igual, a mí me gusta —respondió.

En aquella carrera quedó la última, pero como no siempre se gana, Laia siguió montando en moto y entrenando. Entrenaba porque quería ser mejor, y porque cuando algo te gusta mucho no puedes dejar de hacerlo.

Un día Laia empezó a ganar carreras. Y entonces decidió apuntarse al campeonato del mundo de trial femenino. El trial es como montar en moto por el campo, pero en vez de ir rápido vas saltando piedras muy altas y agujeros profundos.

Es algo muy difícil, pero Laia lo hacía muy bien y ganó ¡el Campeonato del Mundo! Que no sé si os habéis dado cuenta porque no lo había puesto en mayúsculas, pero es algo importantísimo. Y Laia no lo ganó solo una vez, sino que lo ganó ¡trece veces!

Con el tiempo, empezó también a correr en campeonatos de enduro con unas motos más grandes con las que vas superrápido por el campo. Campeonatos del Mundo de estos ganó cinco.

Pero Laia no se conformaba porque su mayor ilusión era correr el rally Dakar, la competición más famosa y más difícil del mundo, que atraviesa desiertos, montañas y selvas. Una carrera larguísima y muy difícil; mucho más que saltar piedras altas, mucho más que correr rápido por el campo, y en la que muy pocas mujeres participan y que muchas menos consiguen terminar. Así que Laia entrenó mucho y muy duro hasta que, por fin, gracias a su fuerza de voluntad, consiguió correr en el Dakar y llegar a la meta.

Desde entonces participa todos los años y no solo consigue acabarla, sino que ¡ha ganado ya ocho veces la categoría femenina! En el rally Dakar duerme poco, pasa frío, calor y le duelen cosas. A veces pierde el equilibrio, pero Laia no tiene miedo de caerse, porque sabe que, si se cae, siempre se vuelve a levantar.

Así es como Laia se ha convertido en la mejor piloto de motos de la historia, con más campeonatos del mundo que dedos en pies y manos (en una carrera casi se queda sin un dedo gordo) y la mujer con mejor clasificación en la categoría general del Rally Dakar. Por algo la llaman La Reina del Desierto.

"El mayor orgullo es que otras chicas se fijen en mí"
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La protagonista

Laia Sanz

Campeona mundial de Trial, Enduro y piloto del Dakar.
Nació en Corbera de Llobregat (Barcelona) en 1985.