Lilí encontró en el deporte la fórmula de la felicidad

CUENTO: RUTH PRADA | ILUSTRACIÓN: JOJO CRUZ

Cuando Lilí era pequeña parecía una saltimbanqui. Hacía piruetas con sus patines, se deslizaba a toda velocidad por las montañas nevadas, jugaba al billar con maestría encaramada en una banqueta y además era una gran bailarina. Podría haber nacido en un circo, pero en realidad nació en un lujoso hotel de Roma durante una estancia de sus padres en esa ciudad.

Lilí paso su infancia viajando de país en país. Como no podía ir al colegio, le buscaban institutrices y sus padres le dedicaban mucha atención. Con su madre se aficionó a los libros y de mayor llegó a ser periodista y escritora. Con su padre empezó a practicar deportes y muy pronto se convirtió en una supercampeona.

—Esta niña es una superdotada para los deportes —pensaba su padre, y la llevaba con él a todas partes.

A los doce años tenía tal dominio en varias disciplinas que empezó a presentarse a concursos y a ganar medallas: de patinaje sobre hielo, de esquí, de tenis… incluso ganó un campeonato de tango. Tenía tanto ritmo que en una ocasión le pidieron que enseñara a bailar al príncipe de Grecia:

—Era un grandullón de dieciséis años y fue difícil, me pisaba los pies —contó ella después.

Cuando era una joven de diecinueve años en un país donde el deporte más osado para una chica era montar en bicicleta, o velocípedo, como se llamaba en esa época, Lilí hizo dos cosas impensables: ganó un campeonato de automovilismo y participó en los Juegos Olímpicos, una cita a la que hasta entonces no había ido ninguna mujer española.

Pero a Lilí la fama mundial se la dio el tenis. Se movía por las pistas con una revolucionaria falda-pantalón y su juego rápido, alegre y atrevido encandilaba al público. Ganó un Roland Garros en París y llegó a la final de Wimbledon en Londres tres años seguidos, donde la prensa la apodó The senorita.

Todos los deportes que practicaba hacían feliz a Lilí:

—Mi infancia fue un gran baño de vida en la naturaleza.

Y así fue como Lilí se convirtió en una pionera del deporte femenino y en la primera estrella internacional del deporte español.

“El tenis ayuda a tener una actitud feliz y generosa en la vida. Pero no es solo esto lo que te mantiene en forma, sino el interés que tengas por la vida, que es maravillosa»
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La protagonista

Elia María González-Álvarez y López-Chicheri, más conocida como Lilí Álvarez

Fue una pionera del deporte.
Campeona de esquí, patinaje y automovilismo, se hizo mundialmente famosa por todos los títulos que consiguió jugando al tenis.