Mala Rodríguez, una mala muy buena

CUENTO: LEYRE PAREDES | ILUSTRACIÓN: PATRICIA GUTIÉRREZ

María Rodríguez soñaba con ser artista. Desde pequeña sentía una atracción especial por los ritmos flamencos, el hip-hop y las rimas. Durante la adolescencia, sacó su vena más artística. Empezó pintando grafitis en las calles de Sevilla y decidió que Mala sería su firma.

La ciudad que la vio crecer también escuchó sus primeros raps. Porque María, a diferencia de la mayoría de los chicos y chicas de su edad, cambiaba las noches de discotecas por quedarse en la calle rapeando. En la música encontró otra forma de expresarse, de decirle al mundo lo que había en su interior.

—¡Qué gente más pesada, quillo! Me voy a rapear, que es lo mío

María, o mejor Mala Rodríguez, como eligió que fuese su nombre artístico, tenía un sueño y quiso luchar por él. Rebelde, valiente y libre, con ganas de triunfar y mucho que contar. Con diecinueve años decidió irse a Madrid, donde grabó sus primeros trabajos y sacó su primer disco. Se llamaba Lujo Ibérico y logró ser disco de oro tras vender 50.000 copias. Este fue el primero de muchos éxitos.

Su fusión de hip-hop y flamenco y la potencia de sus letras hizo que cada vez ganase más admiradores. La música se convirtió en su forma de decir «aquí estoy».

La Mala utilizaba el estilo musical más frecuente de su barrio sevillano para visibilizar las cosas que allí sucedían, y que ella misma había vivido. Canciones que contaban historias reales, sin filtros. Realidades que conseguían llegar al corazón de muchas personas porque se sentían identificadas con lo que contaba.

Historia tras historia. Acorde tras acorde. Rima tras rima. Mala Rodríguez se ha convertido en una de las cantantes internacionales más reconocidas en el mundo del rap. Una mala muy buena que siempre ha expresado lo que siente, lo que ha vivido y lo que conoce, sin seguir un mismo patrón. Como ella misma dice: «No tengo una fórmula ni una brújula, veo dónde me siento bien y elijo ese camino».

Y así fue como María se convirtió en La Mala y consiguió un estilo propio uniendo rap y flamenco.

"Si no existe el camino, tú lo tienes que hacer"
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La protagonista

La Mala Rodríguez

Cantante gitana de rap.
Nació en Jerez de la Frontera, Cádiz, en 1979.