María Isidra de Guzmán, la Doctora de Alcalá

CUENTO: VIRGINIA HERNÁNDEZ | ILUSTRACIÓN: ISMAEL RECIO

Una tarde de junio, cuando ya puedes ir en manga corta sin que te digan “esa chaqueta, que vas a coger frío”, Cecilia iba con sus dos hermanos, Marcos y Álvaro, por el barrio de Cuatro Caminos, en Madrid. Mamá tenía que hacer unos recados y habían cogido el Metro. Una, dos, tres, cuatro… y hasta siete estaciones hasta llegar a su destino.

Las gestiones terminaron pronto y entraron a merendar en una cafetería. Cecilia se había fijado en el nombre de una calle: María de Guzmán.

“Tiene que ser alguien importante”, pensó, “seguro que es una gran pintora.”

Mamá, ¿quién es María de Guzmán?

—Cariño, bébete el Cola-Cao, que se te va a quedar frío. Tenemos que volver a casa, que hay que hacer los deberes.

A Cecilia le tocaba el turno del móvil. Entre sorbo y mordisco de tostada, le dijo al buscador: “María de Guzmán”. El teléfono le devolvió unas cuantas búsquedas. Pinchó en un enlace que le contó tantas cosas, que mamá volvió a la carga.

Cecilia, termina la merienda, que la tienes a medias.

Pero la niña seguía leyendo: María de Guzmán era una chica muy lista y se llamaba en verdad María Isidra. Su profesor, Antonio Almarza, le había enseñado tanto que dejaba asombrado al mismísimo rey, Carlos III. En aquellos años, solo los chicos iban a la universidad. Pero ella pudo ser la Doctora de Alcalá.

¿Alcalá?”, pensó Cecilia. “Allí viven los abuelos y los tíos.”

María Isidra tenía diecisiete años cuando el 5 de junio de 1785 respondió muy bien a todas las preguntas que le hicieron los profesores durante una hora y media. La gente aplaudió tanto que, al día siguiente, se celebró un banquete porque María Isidra había sacado unas notas altísimas y había conseguido el título de Doctora.

Mamá, ¿los doctores no son médicos? ¿María Isidra curaba?

Dame el móvil, Ceci, luego lo miramos. Chicos, ¿tenéis los billetes a mano?

De vuelta en casa, Cecilia cogió de nuevo el móvil.

¿Ya estás otra vez?, pero ¿qué estás mirando? preguntó mamá impaciente.

—Mamá, la Doctora de Alcalá no era médico, sino que sacó sobresaliente como catedrática de Filosofía. Hablaba varios idiomas y tenía una memoria de elefante.

—¿Ah sí?, vaya…—dijo sorprendida mamá—. Es muy interesante, cariño.

Cecilia, el móvil me toca a mí—anunció Álvaro.

No le toca a ninguno—resolvió mamá—. ¡A la ducha y a cenar!

Cecilia siguió pensando en María Isidra un rato más y se dijo: “Yo de mayor voy a ser pintora y mis cuadros se colgarán en todos los museos”.

Y así fue cómo la Doctora de Alcalá consiguió ser la primera española en conseguir este título universitario. En Alcalá de Henares, la ciudad donde logró su hazaña, hay un colegio y un instituto que toman prestado su nombre. Muchos niños saben así quién es María Isidra de Guzmán.

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María Isidra de Guzmán

Nacida en Madrid el 31 de octubre de 1767, María Isidra Quintina de Guzmán y de la Cerda, conocida como 'la doctora de Alcalá' fue la primera mujer que consiguió en España el título de doctor y de académico de la lengua.