María Teresa Revilla, la ‘madre’ de la Constitución Española

CUENTO: MARTA TASCÓN | ILUSTRACIÓN: TERESA PÉREZ ABAD

Esta es la historia de María Teresa, una mujer ¡que vale por cuarenta hombres!

María Teresa está sentada en un banco de madera maciza y está nerviosa, aunque en el fondo nunca ha estado tan segura de lo que está a punto de defender cuando atraviese aquella enorme puerta que tiene delante. Mientras espera a que la llamen, recuerda cuando era niña y su madre le peguntó una vez:

—¿De verdad te lo has pensado bien?

—Sí, mamá —contestó ella— quiero estudiar derecho y aprender leyes para acabar con todas las injusticias de este mundo. Y quiero ayudar a todas las personas, pero en especial a las mujeres, para que nadie sea menos que nadie.

Habían pasado muchos años desde que tuvo aquella charla con su madre, pero estaba convencida de que hacerse abogada había sido la mejor decisión de su vida.

Teresa estudió Derecho en Madrid. Cuando terminó la carrera, se casó y se mudó a Valladolid. Por aquel entonces, España estaba sumida en una dictadura bajo el mando de un militar llamado Francisco Franco, que no tenía en cuenta ni la libertad ni los derechos de las mujeres. Para que os hagáis una idea, cualquier mujer tenía que pedir permiso por escrito a su marido para poder trabajar. ¿No os lo creéis? Preguntad a vuestras abuelas, seguro que ellas os lo contarán.

Siendo ya abogada, María Teresa empezó a interesarse por la política porque así podría defender mejor sus ideas, pero casi todos los políticos eran hombres y algunos no veían con buenos ojos que una mujer fuese tan reivindicativa.

—Estoy igual de preparada que ellos. ¿Por qué no puedo hacer yo lo mismo? —se preguntaba constantemente.

Pero María Teresa era una luchadora que no tenía miedo de las posibles represalias por alzar su voz por encima de la de cualquier hombre. Había nacido para ello. Iba a cambiar el rumbo del país como le había prometido a su madre años atrás.

Tras la muerte del dictador Franco, España empezó a respirar un ambiente de libertad. María Teresa fue elegida para participar en la reunión donde se decidiría la ley más importante del país: la Constitución Española, una ley moderna que tenía que asegurar que nunca más habría un dictador y que todos los españoles vivirían en paz y serían considerados iguales ante la ley.

Por fin, llegó el gran día y ahí estaba María Teresa, sentada en aquel banco del Congreso de los Diputados, esperando para entrar en la sala donde iban a discutir sobre esa ley tan importante. ¿Quién se atrevería a frenarla ahora?

Entonces, una señora con uniforme gris la acompañó hasta la puerta de la sala de reuniones y, antes de abrirla, le dijo en voz baja:

—Ahí dentro hay treinta y ocho personas, todos hombres. No se rinda. Hágalo por todas nosotras.

Con paso firme, María Teresa cruzó la puerta y entró. Durante horas, debatió con todos aquellos señores sabios y defendió que la Constitución debía reconocer la igualdad ante la ley no solo para la mujer, sino para cualquier persona. Lo hizo con tanto valor y estaba tan convencida de sus ideas, que aquellos hombres se quedaron boquiabiertos al escuchar sus palabras y todos decidieron incluir en la Constitución Española las leyes que defendía María Teresa.

 

Cuando por fin salió de la sala, cansada pero orgullosa de su trabajo, la mujer que la había acompañado hasta la puerta seguía allí, esperándola.

—¿Lo ha conseguido? —le preguntó ansiosa.

—Sí, por fin hombres y mujeres tendremos los mismos derechos —respondió Teresa con una sonrisa de satisfacción.

—Estaba segura —le dijo aquella mujer— Ahí dentro eran treinta y nueve, pero usted vale por cuarenta.

Y así fue como María Teresa Revilla se convirtió en la ‘madre’ de la Constitución Española de 1978 al ser la única mujer que participó en la Comisión Constituyente y en la mayor defensora del artículo 14 que estableció que todos los españoles son iguales ante la ley.

“Señorías, en este artículo que hemos votado afirmativamente, la mujer española adquiere, por fin, la plenitud de derechos. Es verdad que la votación ha sido unánime, sin disidencias, como estaba reclamando nuestra sociedad. Pero las mujeres no vamos a dar las gracias por ello.”
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MARÍA TERESA REVILLA

Nacida en Tetuán en 1936, María Teresa Revilla es abogada y política, diputada por UCD en la Legislatura Constituyente y en la I Legislatura. Fue la única mujer miembro de la Comisión Constitucional (tenía 39 intengrantes) y, por tanto, la única que participó en la elaboración de la Constitución Española. Ella fue quien defendió la plenitud de derechos de las mujeres en el artículo 14 de la Carta Magna de 1978.