Ángela Ruiz Robles, la inventora de la primera ‘tablet’

CUENTO: RUTH PRADA | ILUSTRACIÓN: JAVIER TASCÓN

Cuando Angelita era una niña, ir a la escuela era un tormento. Los maestros decían que «la letra con sangre entra» y castigaban a los alumnos que no conseguían memorizar listas interminables de nombres. Ella soñaba con un mundo en el que aprender fuera una diversión y los niños estudiaran felices. Por eso se hizo inventora y maestra.

Angelita tuvo tres hijas. Cuando se iban a la cama por las noches oían el repiqueteo de la máquina de escribir de su madre. De día daba clases a las niñas y los niños del pueblo y cuando cerraba la escuela, enseñaba a leer a los padres porque en aquellos tiempos mucha gente era analfabeta. De noche, al calor de una lámpara, en la cabeza de Angelita estallaban inventos como en una bolsa de maíz explotan palomitas.

Sesenta años antes de que saliera la primera tablet, Angelita inventó un asombroso ‘libro mecánico’ que se podía leer en vertical y en horizontal. Si Steve Jobs lo hubiera visto se habría quedado con la boca abierta: la superficie se podía iluminar para leer en la oscuridad y tenía una pantalla donde era posible escribir y dibujar. Cuando ponías un dedo en ella, ese punto se iluminaba y se abría otra información: el abuelo del link. Para que las personas con dificultades de visión pudieran leerlo, incorporó una lente de aumento: la abuela del zoom. El aparato tenía forma de maletín y en los laterales se podían intercambiar bobinas con las diferentes asignaturas: los parientes lejanos del CD y el USB.

En el ‘libro mecánico’ todas las asignaturas estaban en el mismo dispositivo para que los niños no tuvieran que cargar carteras llenas de libros. Además, los contenidos que se quedaban antiguos se podían actualizar. Y todo lo consiguió Angelita utilizando la precaria tecnología de su tiempo: gomas elásticas, plástico y electricidad.

Todo el conocimiento cabía en ese precioso libro-maletín lleno de dibujos que daba forma al sueño de Angelita. Gracias a su invento, aprender nunca fue tan divertido

 

"Ya que traemos niños al mundo, nuestra obligación es hacerles la vida más fácil», decía siempre esta maestra ultramoderna.

Y así fue como Angelita, en su afán por hacer que los niños disfrutaran aprendiendo, inventó el primer libro mecánico muchos años antes de que existieran las tablets.

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La protagonista

Ángela Ruiz Robles

Inventora y maestra
Nació en Villamanín, León, en 1895